Estaba recién mudada me acompaño y ayudo mi mejor amigo Juan. La nueva casa estaba algo despintada entonces decidimos echarle pintura. Fuimos de compra trajimos pinturas, aerosoles, brochas tolo lo necesario para comenzar a pintura mi nueva casa. Comenzamos pintando mi habitación, estábamos ligeros de ropa, pues Juan siempre había sido mi mejor amigo y no me daba pena estar así. Yo sabía que el sentía hacia mi atracción pero nunca había querido verlo así. No sentía pena de estar semidesnuda ante él, le tenía demasiada confianza.
Pero también sabía que era hombre y debía estar algo nervioso ante mí. Entonces comenzó aquel juego entre pinturas, brochazos el agitaba los aerosoles y dejaba salir pintura sobre mis curvas, era algo erótico, ambos estábamos seguros que era un juego, pero aquellos rocíos de pintura que caían sobre mí, el tocándome, cosquilleos ibas cosquilleos venían, risas, abrazos nos hicieron caer en algo que por mucho tiempo había evitado, nos dimos un beso, un dulce, tierno y largo beso que cambio aquella vieja relación de amigos. Aún recuerdo aquel instante en el que el agitaba las pinturas y dejaba caer sobre mi manoseándome y despertándonos nuevas sensaciones hacia quien yo había visto por tanto tiempo como mi mejor amigo.
Terminamos algo agitados, confundidos y temerarios sin saber que pasaría de allí en adelante entre nosotros.
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