Novela del parcial
La novela se desarrolla en Bogotá a principios de milenio, donde se desarrolla la historia de la supermodelo Gema Brunés. Al rededor de Gema se entretejen las historias de sus creadores y coprotagonistas, los socios de la agencia publicitarias Mex, en especial la de Aurel Estrada, exitoso publicitario y ex esposo de Gema.
Las acciones de la novela se inician con el rumor de la muerte de Gema, quien se dice que se había intentado suicidar. Un símbolo del siglo XXI, una modelo fuera de serie. Gema una muchacha de origen popular y de limitada belleza y carisma, pero con un aire de seducción infalible, es forjada y transformada por su creadora Marlene Tello, quien se encarga de sacra a una niña cándida e inculta de su entorno para transformarla en ídolo e icono, sin medir las consecuencias. La involucran en un nuevo orden social, la cosiedad del espéctaculo.
Los diseños veraniegos Bella - Gema daban la vuelta al mundo. Tras e rumor de ña muerte de Gema sus creadores emprenden su búsqueda.....
La agencia Mex tenía el lanzamiento de la colección Gaia y el portal de internet. Lanzamiento en el que la modelo estrella Gema no llegó, entonces la modelo Ana Bolena Rojo fue elegida para remplazar a Gema durante el lanzamiento de la colección.
Durante el tiempo que llevaba en Salín – Gema, Ana Bolena había deseado caminar bajo numerosos reflectores, con aquellos verlidos estéreos que sugerían a una Gema. Su sueño estaba a punto de cumplirse, desfilaría ante una multitud, sería el polo de atracción. Ana Bolena había ido demasiado lejos en su afán de ridiculizar a Gema e indicarle que ya sonaba su hora de retiro.
Ana con ayuda de algunas modelos Paula García y Érica echó a andar su plan de quitar del medio a Gema. Paula al enterarse del rumor de la muerte de Gema se siente culpable y tiene una discusión con Ana Bolena.- Paula lanza manotazos hacia Ana y le dice – Nosotras la empujamos a matarse, le dijimos vieja, ninfomaníaca, corrompida. Es nuestra culpa. En medio de la discusión aparece Juana Inés Calero, columnista y editora. Érica y Paula se lanzan sobre Juana Inés y la empujan hacia el sector de las duchas. En medio del forcejeo está presente el fotógrafo John Lino Ortega quien le saca la lengua y le hace ruidos y señales obscenas a Juana. Entonces llevan a Juana a un cuarto atestado de tarros, jabones y cepillos. Olores entreviciados a desinfectante, trapos húmedos y agrios. La dejan allí encerrada.
Por su parte, el recorrido de Aurel es doblemente significativo pues el transitar por la ciudad tiene en él su correlato imaginario. Mientras se pasea por calles, casas, hospitales etc. Aurel crea y transita en su mente recuerdos de una fiesta, Bordado por las luces escarchadas y tapices ilusorio, un templo lunar abandonado por sus fieles después del sacrificio. Los camareros disponían un copioso desayuno sobre la mesas del salón, renovada con manteles blancos. Se repartía caldo, vino, jerez, cerveza, agua mineral. A un costado de la chimenea estaban Fernando Urbano y el poeta Cáceres, rodeados por los rezagados, contaban chistes. Casual o adrede, sobre maridos traicionados. En la cocina Leopoldo Maestre, Estrada salió de la cocina. Se acomoda en un sillón y se dejó llevar por la modorra.
Despertó bajo la mirada de Marlene, Estrada se dirigió a la planta baja y llega a la habitación de Carmiña la niña que le habían encargado cuidar.
Sentado en la cafetería del hospital modernos, ante la taza de café aguado y sin probar una hamburguesa. En una cafetería donde se pagaba antes de consumir. Ni siquiera los bellos atlantes pudieron imaginar la institución de la comida rápida, la cultura del jean, los tenis, el rock y las comunicaciones a distancia. Frente a él Leopoldo Maestre estudiaba un directorio telefónico. La búsqueda de Gema parecía inyectar un condimento extra a su diaria rutina que fluctuaba del ser anfitrión al ser invitado. Vuelve a su mente la fiesta, el comedor estaba lleno de gente que lavaba monedas y cuarzos en un platón para atraer la buena suerte. La sala se encontraba vacía, Estrada sentó a la niña en el sofá, divisó a la pareja que bailaba junto a la una ventana. Ambos poseían piel dorada, rostros angulosos con destellos de oro y azogue. Era Gema de unos 14 o 15 años y el chico que la acompañaba era Helios. En medio de la fiesta aparece el jefe Urbano con su familia, Ofelia Valle entre otros.
En los detalles de aquella madrugada, Estrada veía a Gema por milésima y primera vez. Gema y Helios impresionaban a todos en su sentido estético, con proyecciones comerciales.
Luego el pasado trajo la voz entusiasmada de Marlene. Se dirigían, siempre en caravana, a casa de los Urbano. Transformaría a Gema. Haría de ella un símbolo del siglo XXI.
También suscitaban comentarios y críticas en programas de chismes y variedades en radio y televisión. Se decía que los rumores sobre el suicido de Gema eran falsos, y la cancelación del lanzamiento de la colección Gaia no era una broma del clan de los Ociológos, sino un ataque de grupos extremistas que señalaban a Gema como un estandarte de la frivolidad, el sexo-imagen, el caos político y social que imperaba en el país. Pues fue Marlene Tello quien con su talento había podido esculpir a una Gema Brunés. El hecho es que los rumores habían sido generados por la propia agencia Mex, cuyos socios necesitaban revalorizar la imagen e inaugurar un museo en su memoria. En manos de ese grupo se pone la creación de un mito que es emblemático del uso de las elites, hacen de los medios para sostener su poder sobre una población.
La idea de la broma, que en principio sonaba a genialidad y diversión, oscilo hacia el absurdo. Abrió la puerta de una trampa en donde comenzaban a caer las primeras víctimas, a gritar y descender hacia la negrura sin que todavía se escuchasen los tumbos la caída al fondo del pozo.
Aurel transita las calles de la ciudad como un fantasma. Esta obsesionado con Gema. La obsesión de Aurel termina cuando presencia su boda con Helios, cuando la encuentra embarazada con su bebe en brazos.
Irónicamente, sólo tras fingir su muerte, Gema logra desprenderse del cadáver de sí misma que ha producido su propia imagen, pues al fracasar en su intento de suicidio, la modelo decide aprovechar el rumor de su muerte para escapar, de vuelta al sur, donde se casa con Helios, el amor de toda su vida.
Así Bogotá universo de referencia invocado en la novela en la materialidad de sus espacios y gentes, se diluye progresivamente en las mentes de sus protagonistas, abstraídos en universos cada vez más virtuales.
La novela juega deliberadamente con la percepción del lector, utilizando la descripción de las fotografías de Gema para confundir los niveles de la narración. En su primera aparición en la novela, Gema Brunés es descrita desde el punto de vista de su maquilladora Rosario Navarro. La novela es narrada por un género que no queda claro.
La ausencia de marco narrativo promueve que sólo hasta adelantada la descripción se descubra que no se está frente al cuerpo de Gema, sino frente a su imagen reproducida en un video cartel. La actitud y reacción de Rosario ante el cartel y ante la espectacular decoración del apartamento, como “una turista extraviada en un escenario de película visitado por equivocación”, hacen eco, así mismo, del desconcierto del lector o lectora, cuya percepción es nuevamente explotada en la segunda aparición de la modelo, esta vez produciendo la ilusión de que se está ante un montaje fotográfico cuando, de hecho, se presencia el cuerpo de Gema.
La novela presenta al menos dos imágenes de la nación, resultado de la confrontación de sus múltiples universos. La primera, forjada y manipulada por una clase privilegiada que la regenera y se reconstituye a sí misma en su crisis, es una nación que, como Gema para sus fotografías, “posa”, no sólo hacia el interior del país, sino en un contexto globalizado, identificándose cada vez más con su pose. La segunda, es representada por esa Gema que surge del pueblo y retorna a él, si bien en su retorno se desdobla, dejando su imagen, su mito, al servicio de las elites y sus medios.
No obstante, la otra nación, la Gema-nación, la que viene del Sur y retorna a él, resiste en su corporalidad, en su materialidad, la enajenación de lo visual y del espectáculo de la nación. En la Gema mujer-madre, del final de la novela y su ciudad otra, que los protagonistas evaden y se niegan a ver y aceptar, subsiste la realidad que da cuerpo a la nación y que excede a su representación.
La relación que existe entre la novela “El Brillo y la Fiesta” de Fanny Buitrago y el ensayo Por un Libertinaje Solar de Michel Onfray es que en ambas narraciones se muestra un horizonte ligado a un Siglo y una verdad irrefutable, lo femenino como el ser sexuado, definitivamente materialista. Sostiene a partir de estas perspectiva materialista, la visón que tenemos del mundo en general. Que son los años los que trazan nuestro destino, y de ellos depende nuestro futuro. Afirma, aunque sin caer en un completo determinismo.
La figura femenina atiende a las necesidades del hombre. Una mujer nunca haría la guerra. La libertad, soberanía de sí mismo, lo que nos constituye como sujetos. Dejan en claro que el cuerpo es algo que se posee, que se disfruta como un bien, una propiedad. En ambos textos se muestra la muerte como la gran ordenadora de los furores libertinos, ella es quien hace implotar los sentimiento.
“El libertinaje solar” y “El brillo y la fiesta” muestran lo que puede ser, en los cuerpos que se entregan, se prestan o se intercambian, un auténtico hedonismo libertario.
Las acciones de la novela se inician con el rumor de la muerte de Gema, quien se dice que se había intentado suicidar. Un símbolo del siglo XXI, una modelo fuera de serie. Gema una muchacha de origen popular y de limitada belleza y carisma, pero con un aire de seducción infalible, es forjada y transformada por su creadora Marlene Tello, quien se encarga de sacra a una niña cándida e inculta de su entorno para transformarla en ídolo e icono, sin medir las consecuencias. La involucran en un nuevo orden social, la cosiedad del espéctaculo.
Los diseños veraniegos Bella - Gema daban la vuelta al mundo. Tras e rumor de ña muerte de Gema sus creadores emprenden su búsqueda.....
La agencia Mex tenía el lanzamiento de la colección Gaia y el portal de internet. Lanzamiento en el que la modelo estrella Gema no llegó, entonces la modelo Ana Bolena Rojo fue elegida para remplazar a Gema durante el lanzamiento de la colección.
Durante el tiempo que llevaba en Salín – Gema, Ana Bolena había deseado caminar bajo numerosos reflectores, con aquellos verlidos estéreos que sugerían a una Gema. Su sueño estaba a punto de cumplirse, desfilaría ante una multitud, sería el polo de atracción. Ana Bolena había ido demasiado lejos en su afán de ridiculizar a Gema e indicarle que ya sonaba su hora de retiro.
Ana con ayuda de algunas modelos Paula García y Érica echó a andar su plan de quitar del medio a Gema. Paula al enterarse del rumor de la muerte de Gema se siente culpable y tiene una discusión con Ana Bolena.- Paula lanza manotazos hacia Ana y le dice – Nosotras la empujamos a matarse, le dijimos vieja, ninfomaníaca, corrompida. Es nuestra culpa. En medio de la discusión aparece Juana Inés Calero, columnista y editora. Érica y Paula se lanzan sobre Juana Inés y la empujan hacia el sector de las duchas. En medio del forcejeo está presente el fotógrafo John Lino Ortega quien le saca la lengua y le hace ruidos y señales obscenas a Juana. Entonces llevan a Juana a un cuarto atestado de tarros, jabones y cepillos. Olores entreviciados a desinfectante, trapos húmedos y agrios. La dejan allí encerrada.
Por su parte, el recorrido de Aurel es doblemente significativo pues el transitar por la ciudad tiene en él su correlato imaginario. Mientras se pasea por calles, casas, hospitales etc. Aurel crea y transita en su mente recuerdos de una fiesta, Bordado por las luces escarchadas y tapices ilusorio, un templo lunar abandonado por sus fieles después del sacrificio. Los camareros disponían un copioso desayuno sobre la mesas del salón, renovada con manteles blancos. Se repartía caldo, vino, jerez, cerveza, agua mineral. A un costado de la chimenea estaban Fernando Urbano y el poeta Cáceres, rodeados por los rezagados, contaban chistes. Casual o adrede, sobre maridos traicionados. En la cocina Leopoldo Maestre, Estrada salió de la cocina. Se acomoda en un sillón y se dejó llevar por la modorra.
Despertó bajo la mirada de Marlene, Estrada se dirigió a la planta baja y llega a la habitación de Carmiña la niña que le habían encargado cuidar.
Sentado en la cafetería del hospital modernos, ante la taza de café aguado y sin probar una hamburguesa. En una cafetería donde se pagaba antes de consumir. Ni siquiera los bellos atlantes pudieron imaginar la institución de la comida rápida, la cultura del jean, los tenis, el rock y las comunicaciones a distancia. Frente a él Leopoldo Maestre estudiaba un directorio telefónico. La búsqueda de Gema parecía inyectar un condimento extra a su diaria rutina que fluctuaba del ser anfitrión al ser invitado. Vuelve a su mente la fiesta, el comedor estaba lleno de gente que lavaba monedas y cuarzos en un platón para atraer la buena suerte. La sala se encontraba vacía, Estrada sentó a la niña en el sofá, divisó a la pareja que bailaba junto a la una ventana. Ambos poseían piel dorada, rostros angulosos con destellos de oro y azogue. Era Gema de unos 14 o 15 años y el chico que la acompañaba era Helios. En medio de la fiesta aparece el jefe Urbano con su familia, Ofelia Valle entre otros.
En los detalles de aquella madrugada, Estrada veía a Gema por milésima y primera vez. Gema y Helios impresionaban a todos en su sentido estético, con proyecciones comerciales.
Luego el pasado trajo la voz entusiasmada de Marlene. Se dirigían, siempre en caravana, a casa de los Urbano. Transformaría a Gema. Haría de ella un símbolo del siglo XXI.
También suscitaban comentarios y críticas en programas de chismes y variedades en radio y televisión. Se decía que los rumores sobre el suicido de Gema eran falsos, y la cancelación del lanzamiento de la colección Gaia no era una broma del clan de los Ociológos, sino un ataque de grupos extremistas que señalaban a Gema como un estandarte de la frivolidad, el sexo-imagen, el caos político y social que imperaba en el país. Pues fue Marlene Tello quien con su talento había podido esculpir a una Gema Brunés. El hecho es que los rumores habían sido generados por la propia agencia Mex, cuyos socios necesitaban revalorizar la imagen e inaugurar un museo en su memoria. En manos de ese grupo se pone la creación de un mito que es emblemático del uso de las elites, hacen de los medios para sostener su poder sobre una población.
La idea de la broma, que en principio sonaba a genialidad y diversión, oscilo hacia el absurdo. Abrió la puerta de una trampa en donde comenzaban a caer las primeras víctimas, a gritar y descender hacia la negrura sin que todavía se escuchasen los tumbos la caída al fondo del pozo.
Aurel transita las calles de la ciudad como un fantasma. Esta obsesionado con Gema. La obsesión de Aurel termina cuando presencia su boda con Helios, cuando la encuentra embarazada con su bebe en brazos.
Irónicamente, sólo tras fingir su muerte, Gema logra desprenderse del cadáver de sí misma que ha producido su propia imagen, pues al fracasar en su intento de suicidio, la modelo decide aprovechar el rumor de su muerte para escapar, de vuelta al sur, donde se casa con Helios, el amor de toda su vida.
Así Bogotá universo de referencia invocado en la novela en la materialidad de sus espacios y gentes, se diluye progresivamente en las mentes de sus protagonistas, abstraídos en universos cada vez más virtuales.
La novela juega deliberadamente con la percepción del lector, utilizando la descripción de las fotografías de Gema para confundir los niveles de la narración. En su primera aparición en la novela, Gema Brunés es descrita desde el punto de vista de su maquilladora Rosario Navarro. La novela es narrada por un género que no queda claro.
La ausencia de marco narrativo promueve que sólo hasta adelantada la descripción se descubra que no se está frente al cuerpo de Gema, sino frente a su imagen reproducida en un video cartel. La actitud y reacción de Rosario ante el cartel y ante la espectacular decoración del apartamento, como “una turista extraviada en un escenario de película visitado por equivocación”, hacen eco, así mismo, del desconcierto del lector o lectora, cuya percepción es nuevamente explotada en la segunda aparición de la modelo, esta vez produciendo la ilusión de que se está ante un montaje fotográfico cuando, de hecho, se presencia el cuerpo de Gema.
La novela presenta al menos dos imágenes de la nación, resultado de la confrontación de sus múltiples universos. La primera, forjada y manipulada por una clase privilegiada que la regenera y se reconstituye a sí misma en su crisis, es una nación que, como Gema para sus fotografías, “posa”, no sólo hacia el interior del país, sino en un contexto globalizado, identificándose cada vez más con su pose. La segunda, es representada por esa Gema que surge del pueblo y retorna a él, si bien en su retorno se desdobla, dejando su imagen, su mito, al servicio de las elites y sus medios.
No obstante, la otra nación, la Gema-nación, la que viene del Sur y retorna a él, resiste en su corporalidad, en su materialidad, la enajenación de lo visual y del espectáculo de la nación. En la Gema mujer-madre, del final de la novela y su ciudad otra, que los protagonistas evaden y se niegan a ver y aceptar, subsiste la realidad que da cuerpo a la nación y que excede a su representación.
La relación que existe entre la novela “El Brillo y la Fiesta” de Fanny Buitrago y el ensayo Por un Libertinaje Solar de Michel Onfray es que en ambas narraciones se muestra un horizonte ligado a un Siglo y una verdad irrefutable, lo femenino como el ser sexuado, definitivamente materialista. Sostiene a partir de estas perspectiva materialista, la visón que tenemos del mundo en general. Que son los años los que trazan nuestro destino, y de ellos depende nuestro futuro. Afirma, aunque sin caer en un completo determinismo.
La figura femenina atiende a las necesidades del hombre. Una mujer nunca haría la guerra. La libertad, soberanía de sí mismo, lo que nos constituye como sujetos. Dejan en claro que el cuerpo es algo que se posee, que se disfruta como un bien, una propiedad. En ambos textos se muestra la muerte como la gran ordenadora de los furores libertinos, ella es quien hace implotar los sentimiento.
“El libertinaje solar” y “El brillo y la fiesta” muestran lo que puede ser, en los cuerpos que se entregan, se prestan o se intercambian, un auténtico hedonismo libertario.